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El Ejército de Birmania (Myanmar) perpetró asesinatos masivos y violaciones grupales de integrantes de la comunidad musulmana rohinyá con «intenciones genocidas» y el comandante en jefe y otros cinco generales deberían ser procesados por orquestar los peores crímenes, informaron investigadores de la ONU.

El gobierno civil liderado por Aung San Suu Kyi permitió el aumento del discurso del odio, destruyó documentos y no protegió a las minorías de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra perpetrados por el Ejército en los estados de Rakhine, Kachin y Shan, señalaron en un reporte.

Al actuar de esta forma «contribuyeron a la comisión de crímenes atroces», y la acción militar, que incluyó la quema de aldeas, fue «extremadamente desproporcionada en relación con las amenazas de seguridad reales» reporta el comunicado.

Naciones Unidas define el genocidio como los actos que buscan destruir a un grupo nacional, étnico, racial o religioso por completo o en parte.

Tal designación es inusual bajo la ley internacional, pero ha sido usada en países como Bosnia y Sudán y en la campaña de Estados Islámico contra las comunidades yazidíes de Irak y Siria.

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