
El cuarto sábado de protestas en Francia dejó un saldo preliminar de 950 detenidos, de las cuales 721 se encuentran en detención preventiva, indicó una fuente policial.
Aunque con menos participantes que en anteriores protestas, miles de “chalecos amarillos” hicieron oír nuevamente su voz en contra del gobierno de Emmanuel Macron.
París, una ciudad llena de vida, lució hoy desierta, con los negocios y museos cerrados ante el temor de que se desatara la violencia; El gobierno desplegó a unos 89 mil efectivos en todo el país.
El primer ministro Edouard Philippe dijo que sólo en París, la cifra de arrestos ascendía a 651, de los cuales algunos llevaban martillos o piedras. Frente a algunos actos delictivos, chalecos amarillos optaron por resguardar comercios. En varios puntos de la ciudad se registraron choques con la policía.