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Serán pocos los migrantes que, mediante el asilo, podrán cruzar a Estados Unidos, y mientras crece la lista de quienes buscan regresar a sus países de origen, también aumenta la voluntad de conseguir empleo y asentarse en la frontera mexicana.

Han pasado tres semanas desde que más de seis mil centroamericanos llegaron a Tijuana y dos mil más a Mexicali, por lo que ahora evitar los riesgos dependerá de las opciones de reinserción social y económica de los migrantes que ha enfrentado no solo el hacinamiento en los albergues, sino también el rechazo de un sector de la población de Tijuana que los sataniza.

Tras su intento fallido de cruzar hacia el territorio estadunidense, se incrementó el número de solicitudes de retorno asistido a sus países, además del interés por obtener un trabajo temporal ofertado en la Feria del Empleo que instaló el gobierno del estado. De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

La Encuesta de Migración en la Frontera Sur de 2017, realizada por el Colegio de la Frontera Norte refiere que cerca del 78 por ciento de los centroamericanos devueltos a sus países de origen, contrataron a polleros para lograr cruzar y, en promedio, pagó 4 mil 610 dólares.

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