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Incomunicados, sin luz ni agua viven los venezolanos el tercer día de un apagón nunca antes visto en Venezuela, el cual ya ha dejado 15 personas fallecidas y al parecer no terminará pronto, aumentando la angustia que sufren por la crisis política y económica que aqueja al país.

La suspensión del servicio eléctrico inició el jueves pasado y has ocasionado la muerte de enfermos renales que no pudieron ser dializados, de acuerdo a la organización social Codevida a pesar que el gobierno negó la versión.

Los hospitales que tienen plantas generadoras solamente las utilizan para emergencias. Venezuela está prácticamente paralizada con negocios cerrados y poco transporte, sin actividades laborales ni escolares. Entre la gente, la preocupación se incremente ante la escasez de agua y comida; esta última se está echando a perder.

Muchos supermercados han cerrado al no contar con planta de energía. Los cajeros automáticos no funcionan y es imposible utilizar tarjetas bancarias, incluso para operaciones pequeñas porque no hay dinero en efectivo.

La incomunicación obliga a intentar captar señal de celular donde hay repetidores cerca.

En la capital, el Metro sigue parado, lo que obliga a la gente a caminar largas distancias. Hay filas   de autos en las estaciones de servicio, ante el miedo de que pronto escasee la gasolina, incluso, en el aeropuerto internacional de Maiquetía, decenas de personas están varadas ante la suspensión de vuelos.

El servicio ha sido restablecido intermitentemente algunas horas en estos días. Pero el apagón sigue afectando a Caracas y 22 de los 23 estados del país.

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