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Se disputó el primer duelo de la final que todo el mundo quería ver, y no es para menos después de un día de suspensión a causa de fuertes lluvias en Argentina, la bombonera lucia repleta para atestiguar el inicio de la historia entre Boca Juniors y River Plate, pero el final será escrito en el estadio Monumental, casa de los millonarios el próximo 24 de noviembre.

Diversas historias se conocieron antes que comenzara a rodar el esférico en argentina, entre ellas la de un aficionado japonés que voló más de 30 horas para ver jugar a su amado Boca Juniors, sin embargo, las fuertes lluvias pospusieron el encuentro y el excéntrico turista tuvo que volver a su país sin ver dicho encuentro.

El caso más sonado fue la lamentable noticia del fallecimiento de 4 chicos en un accidente automovilístico, todos ellos hinchas del Boca Juniors quienes viajaban para atestiguar el partido de sus vidas, no obstante, el destino les jugo una mala pasada y ahora desde el cielo apoyaran a su amado club.

Justo con el silbatazo inicial, los canticos se dejaron sentir en un estadio abarrotado de hinchas, en donde el duelo contó con un sinfín de jugadas con peligro de gol y no era parea menos, los dos clubes más populares de Argentina se enfrentaban en una final, donde el ganador se alzará con una copa, pero con el orgullo intacto de haber derrotado a su archirrival, mientras que el perdedor sufrirá con esta derrota por la eternidad.

El grito de gol tuvo que esperar al minuto 34, cuando Ramón Ávila junto con la cooperación del cancerbero Franco Armani hizo estallar en jubilo el estadio que parecía cobrar vida propia, sin embargo, el quita risas llego solo 60 segundo después, con una descolgada dirigida por Lucas Pratto quien dejo sin oportunidades al guardameta boqueño Agustin Rossi.

Justo cuando parecía que el empate se firmaría al medio tiempo, apareció una figura que emergió de la banca, un viejo conocido en el fútbol mexicano Darío Benedetto, quien con un testarazo volvía a colocar arriba a los locales.

Ya en la parte complementaria, sabiéndose abajo en el marcador, los millonarios con más corazón que con buena técnica, insistían intimidando el arco defendido por Rossi, hasta que al minuto 61 sus esfuerzos cobraron dividendos con un error de Carlos Izquierdoz quien mando el esférico contra su propia portería, decretando el marcador final.

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