Los cadáveres estallan en la morgue de uno de los principales hospitales del Zulia, en Venezuela, debido a la descomposición en que se encuentran por la falta de energía eléctrica, donde las cámaras refrigeradoras no funcionan por los constantes cortes de luz.
Ubicada en un sótano del uno de los hospitales más importantes del país se encuentra una cámara refrigeradora donde los cuerpos han permanecido semanas sobre las planchas, sin ser retirados por lo que, debido al avanzado estado de descomposición, estallan y la peste llega hasta la superficie.
La misma situación enfrentan los pacientes en los quirófanos de éste y los demás hospitales del país, quienes son sometidos a cirugía y se producen apagones indefinidos debido a la crisis eléctrica que afecta a Venezuela.
En los mercados, se enfrenta la misma situación; en las carnicerías la carne se pudre rápidamente ante los apagones, lo que ocasiona grandes pérdidas a los vendedores y un hedor en los centros de abasto.
