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El número de ejecuciones en el mundo registró en 2018 su cifra más baja de la última década, con al menos 690 ejecuciones repartidas en 20 países, frente a las 993 contabilizadas en 2017, lo que significa ​unareducción del 31 por ciento con respecto al año anterior, destacó Amnistía Internacional (AI) en su informe anual sobre pena de muerte.

La organización observó una disminución significativa, especialmente en los países donde se ejecutaban a más personas en los últimos años: «Estamos hablando de Irán, Pakistán e Irak, por ejemplo».

El informe no incluye las ejecuciones en China, cuyas cifras siguen clasificadas como secreto de Estado, aunque AI estima que fueron miles.

A pesar de no publicar sus datos oficiales, China es considerada como la principal ejecutora del mundo.

Irán encabeza la lista de naciones con el mayor número de ejecuciones por pena de muerte con 253, sin embargo, el país persa ha reducido un 50 por ciento.

Le siguen Arabia Saudita (149), Vietnam (al menos 85) e Irak (al menos 52).

Pakistán registra el mayor descenso: sus ejecuciones pasaron de 60 en 2017 a 14 (como mínimo) en 2018, lo que supone una reducción del 77 por ciento.

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